La Parábola del Hijo Pródigo
LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO
La Parábola del Hijo Pródigo
Algunos de nosotros somos como el hijo menor: Cuando el hijo menor pidió su herencia era una forma de decirle al padre que no respetaba su autoridad y que lo preferiría muerto para así gozar de la vida a su manera. Dios nos ofrece una vida abundante en el, pero rechazamos su oferta y su amor para vivir de acuerdo a nuestras propias reglas.
A veces la vida que llevamos tiene todo que ver con los intereses propios y nada que ver con el plan de Dios para nosotros. Nos hundimos tanto en el pecado que no estamos consientes del daño que nos estamos haciendo. Algunos tienen que caer al punto más bajo para chocar con la realidad, tal como cuando el hijo menor se encontró en medio de los cerdos.
Otros somos como el hijo mayor: Aun siendo fieles a Dios y a nuestras iglesias, muchos creyentes cometemos la falta de juzgar a personas que consideramos malas o personas bajas. A veces cerramos las puertas de la iglesia a ciertas personas porque no queremos asociarnos con ellos. Debemos de admitir que a veces nuestra actitud hacia el pobre, el marginado, el pecador, etc., es contraria a la actitud de Dios hacia ellos. Miramos a otros y los criticamos por su pasado. El hijo mayor hizo esto con su hermano. El cristiano debe de estar siempre alegre cuando una persona, sea quien sea y tenga el pasado que tenga, regrese a los pies de Jesús.
La actitud de Dios hacia el pecador: Jesús dijo esta parábola después de haber compartido las parábolas de la oveja perdida y de la moneda perdida. En cada historia Jesús nos da a entender que Dios es quien nos busca a nosotros. Cuando nos perdemos, es Dios quien hace todo lo posible para encontrarnos. Eso, en fin, es el cristianismo. Cuando regresamos a él, dice Lucas 15:10, hasta los ángeles gozan con gran júbilo.
Nunca entenderemos el gran amor de Dios hacia nosotros. De acuerdo a esta parábola, Jesús nos dice que siempre habrá un lugar en el corazón de Dios para los que deciden regresar a él y ser perdonados de sus pecados.
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